Organización

Administración

La obra ha tenido desde el principio una Junta Directiva que la ha administrado. En el momento esta Junta está constituida por el P. José Ricaurte Motta que es su representante legal y los señores Víctor Sastoque, Sandra Cubillos, Dioselina Villalobos, Víctor Sambrano, Fermín Cabrejo, Luceny Díaz y Carlos Tobón.

La atención misma a los ancianos por muchos años (38) estuvo a cargo de las religiosas de la Congregación de las Hermanas de la Sabiduría que con gran amor y entrega sirvieron a la institución.

P. RICAURTE MOTTA

SANDRA CUBILLOS

VÍCTOR ZAMBRANO

VÍCTOR SASTOQUE

FERMÍN CABREJO

LUCENY DÍAZ PARDO

CARLOS TOBÓN

DIOSCELINA VILLALOBOS

Religiosas de la Congregación de las Hermanas de la Sabiduría

La atención misma a los ancianos por muchos años (38) estuvo a cargo de las religiosas de la Congregación de las Hermanas de la Sabiduría que con gran amor y entrega sirvieron a la institución.

hermanas
IMG-20210814-WA0002

Hermanas Dominicas de Nazaret

A finales de 2015, la fundación mediante contrato y con la colaboración del P. Gonzalo Tabares, superior provincial de los Padre Montfortianos, cedió la administración de la obra a las Hermanas Dominicas de Nazaret que en el momento se desempeñan con gran cariño y eficiencia en el servicio a esta obra de la iglesia.

Financiación

La obra social se ha financiado desde el principio primero con los aportes de los residentes, con donaciones de personas generosas que aprecian la obra pero también con los aportes del antiguo hotel y últimamente , vendido éste, con la renta de una bodega que la Fundación tiene en el municipio de Mosquera, Cundinamarca.

La historia del hotel y de la Bodega antes mencionada en relato del P. José Ricaurte Motta. “En el centro de la población y en una de las esquinas del marco de la plaza hace unos treinta o más años, existía una Gran Casona con teja de barro, adornada con lama y quiches pequeños la cubierta. Funcionaba en la parte principal la droguería de Don Álvaro Robayo. Esta propiedad era de la familia Espinel. Recuerdo a Belencita, a Rosario y a Eduardo. Este último vivía en Villavicencio. Un domingo vino a Choachí y me mandó llamar para decirme: “Padre Motta, en mi pueblo no hay ningún progreso, todo es pesimismo. Todos hablan de que estamos amenazados por un gran derrumbe que viene desde más arriba del Uval. Yo quiero apoyar su obra, cómpreme esta casa y se la doy barata”.

La negociamos esa tarde, a pesar de la amenaza del volcán. El Doctor Prieto, de feliz memoria, elaboró la promesa de venta. Después de algunas consultas con Inderena y poniendo en práctica sus recomendaciones, nos propusimos quitar el pánico de la población. “Se pueden arreglar las casas sin temor”, les decía el Padre Motta en las homilías. 

Quisimos romper el hielo. Poco a poco se fue suavizando el ambiente y así dejando el miedo, Don Isaías Forero y familia construyeron el gran almacén conocido por todos: LA PHILLIS, orgullo para el pueblo. Después hizo lo propio Don Parmenio Villalobos y construyó una gran bodega. Y ¿qué hacer en el lote comprado.? Se pensó primero en un salón para las damas de Choachí, algo cultural. Pensamos también en un sitio agradable para reunir a los niños de Primera Comunión. Otros decían: “el lote es bueno, no desmerece hay que hacer algo mejor”. Fue así como se pensó en un edificio que sirviera de hotel para utilidad de los propios y turistas que llegaran al pueblo atraídos por las aguas termales de la región. Los planos los elaboró el mismo arquitecto de la Unidad Social, Doctor Miguel Guzmán. Pero ¿cómo construirlo, con qué fondos? La Unidad Social fue hipotecada al Banco Popular, a fin de obtener un préstamo para llevar adelante la obra y así se fue levantando poco a poco la obra que todos conocemos en el centro del pueblo y que ayudó a la institución por varios años. Para poder responder a las obligaciones con el Banco Popular, nos vimos obligados después a vender a la Doctora Carlota Sabogal dos locales. El resto del edificio quedó arrendado: una parte a la Caja Agraria, actual BanAgrario, y la otra parte para servicio de Hotelería. Pero el hotel no daba el rendimiento que se esperaba.

Ante los peligros de la carretera no venía casi gente a la población. Choachí no era en ese entonces el centro turístico que vemos hoy.  Arrendamos el Hotel a “x” persona, después de varios años no pudo pagar el escaso canon de arrendamiento. Vinieron los pleitos, las dificultades fueron creciendo hasta llegar al desalojo forzado. El inmueble quedó en muy malas condiciones. La Fundación en su pobreza hizo un gran esfuerzo para arreglar el hotel y poder volver a arrendarlo a otro cliente. Este, con el correr del tiempo, ante tantas dificultades y pecando contra las estipulaciones del documento de arrendamiento, subarrendó el Hotel a un tercero. Este tercero cedió el negocio a otra persona. También este último se colgó en los pagos, y después de mucha paciencia, hubo que sacarlo con la autoridad, dejando el inmueble en pésimas condiciones. 

Con un telón de fondo de tan mala suerte, Dios nos estaba indicando que estábamos en el lugar equivocado. Ante la incapacidad de la Fundación para poner la casa en orden,vimos que lo más sabio y correcto era vender el inmueble así como estaba, destartalado y todo… para que el comprador lo restaurara. Don Fermín Cabrejo miembro de la Junta directiva de la Fundación, consiguió un avaluador de la Lonja de Bogotá, quien hizo el respectivo avalúo. El precio en que la Fundación estimaba la propiedad estaba muy por encima del estimativo de la Lonja de Bogotá. Fue nuestro estimativo, no el del avaluador el que se tuvo en cuenta en esta negociación. El Hotel Luna Nueva, entidad compradora, tuvo que gastar muchísimo dinero para resucitar el muerto al estado actual. La Fundación en pleno aprobó invertir la totalidad de la venta del edificio en la compra de una Bodega en Mosquera Cundinamarca. Es la Bodega 1 de la manzana L del Parque Industrial Santo Domingo. .Aquí una visual del inmueble comprado. Quiera Dios que esta compra que hizo la Fundación hace ya varios años nos siga ayudando para comprar el pan de cada día para el futuro de la Unidad Social”.